En Zaldikide damos mucha importancia al trabajo individualizado y específico para cada usuario. Por ello, cada caso es estudiado y orientado a objetivos concretos que dependen de las capacidades y dificultades particulares.
Presentándola como una actividad lúdica que rompe con el ámbito estrictamente educativo, se puede trabajar de manera encubierta todos aquellos aspectos que necesiten un refuerzo especifico.
En función del grado de autonomía de las personas a quien va dirigida, y de los objetivos de trabajo, ofrecemos diferentes modalidades de terapia asistida por caballos:
Va dirigida a aquellas personas que por su grave discapacidad física y/o cognitiva no pueden ejercer prácticamente ninguna acción sobre el caballo. El abordaje terapéutico es principalmente rehabilitador, para mejorar aspectos físicos y psicomotores, sobre todo en aquellos casos en que predomina a disfunción neurológica y/o motriz.
Se trabaja al paso, aprovechando el movimiento tridimensional del caballo para mejorar y potenciar aspectos como el equilibrio, el tono muscular, el control postural, etc.
Se precisa de un profesional de la salud, que puede ir acompañado de otros profesionales para trabajar otros aspectos.
Va dirigida a aquellas personas que pueden ejercer alguna acción sobre el caballo, ya sea en el momento de la higiene, en el de preparación del material o en el acto mismo de montar a caballo. Aunque se enseñan aspectos básicos de la equitación, el objetivo es siempre terapéutico, ya sea en el ámbito emocional, psicológico, psicomotor, social, comunicativo, cognitivo, conductual o de aprendizaje. El caballo trabaja al paso, a trote y al galope, según el avance del usuario.
Se precisa de un profesional de la salud mental o la educación, en función de lo que se quiera trabajar, que puede ir acompañado de otros profesionales.
Las personas al estar en contacto con el animal, conectan con sus instintos más puros, con sus raíces naturales, obteniendo múltiples beneficios, como una mayor comprensión de los sentimientos y motivos de los demás. Le ayuda a interesarse por el exterior, relacionándose y conectando con un ser vivo que no le juzga, que le acepta sin calificaciones.
Es una actividad que estimula mentalmente, y que le aporta a la persona muchos beneficios a nivel fisiológico también. No sólo el contacto con el caballo es terapéutico, sino también el hecho de tratarse de una actividad al aire libre en la que se realiza ejercicio físico. Son muchos los factores que intervienen, poniendo en marcha numerosos mecanismos que no se aprecian a primera vista.
Los caballos son animales pacíficos y sociables, expertos en la comunicación no verbal, ya que son capaces de transmitir sentimientos con su lenguaje, movimiento y actitud; es por ello que el jinete recibe sensaciones y emociones, convirtiéndose así en elemento clave para trabajar aspectos de relación, socialización y comunicación.
Una vez montado en el caballo, el jinete recibe impulsos que el animal transmite con el movimiento, lo cual hace que a nivel psicomotriz se favorezca la coordinación, la atención, el equilibrio, los reflejos y otras respuestas autónomas corporales.
Comprendemos que son unos animales que impresionan por su tamaño y que son muchas las personas que les tienen cierto miedo o respeto, pero los caballos que se utilizan en estas terapias tienen un carácter especial. Son cariñosos y respetuosos, con mucha paciencia y acostumbrados a relacionarse con personas. Además, el profesional se encarga de que el acercamiento sea progresivo, y esta pendiente en todo momento de que la actividad se desarrolle de manera segura.