¡Hola a todos!
Tal y como mencionamos en nuestra web en varias ocasiones, desde Zaldikide queremos ayudar a aquellas personas que tienen dificultades para relacionarse con los demás.
Generalmente, no solemos ser conscientes de lo complicadas que son las relaciones humanas, la cantidad de pequeños matices que desde pequeños hemos ido interiorizando, y que son los que nos permiten relacionar e integrar lo que sabemos de la otra persona, lo que dice, lo que realmente quiere transmitirnos y los posibles objetivos que perseguía esa persona al interactuar con nosotros. Por eso, cuando alguien suelta una frase sarcástica o con doble sentido, nosotros podemos interpretarlo y actuar en consecuencia. O incluso por el tono de voz y la forma de decirlo, intuir los sentimientos que hay detrás de ese comentario.
Es decir, agrupamos mucha información de manera automática gracias al aprendizaje progresivo que hemos acumulado desde pequeños.
Pero, ¿qué ocurre cuando no se aprende eso de manera natural y progresiva?
Puede darse por muchas razones, ya sean problemas fisiológicos, dificultades psicológicas o la falta de estimulación a edades tempranas, pero todas ellas desembocan en lo mismo: una persona que no es capaz de interactuar cómodamente con los demás, que no capta todos los matices de la comunicación humana por lo que no encaja a nivel social, que no comprende el significado oculto de las palabras utilizadas.
Nosotros proponemos empezar por algo más sencillo: crear un vínculo con un animal y comunicarnos con el.
Son muy conocidas las terapias que se llevan a cabo con delfines y con las que se consiguen muy buenos resultados, pero desgraciadamente no es fácil disponer de ellos. También se trabaja mucho con perros y también con buenos resultados. Pero nosotros nos centramos en los caballos porque queremos añadir además los beneficios que aporta el realizar una actividad física.
«La vida se ve muy distinta si un caballo te acompaña.» Gabriel Oliverio
Los caballos son animales que dan respeto por lo grandes que son, pero despiertan la curiosidad de aquellos que se acercan. Cuando superas esa primera impresión, descubres que son cariñosos y pacientes, y son capaces de comunicar muchas cosas mediante la comunicación no verbal. Pero lo más importante es que son sinceros y transparentes con sus intenciones, y por eso, son perfectos como primer paso para ir desarrollando esas habilidades que mencionábamos que son importantes en las relaciones sociales.
Se empieza por identificar las reacciones que tienen hacia las cosas que hacemos en su presencia, como cuando les cepillamos, les montamos o les premiamos, y poco a poco se va pasando a interpretaciones más complejas.
Es un proceso que vamos desarrollando sin que el niño o la niña, adolescente o adulto se de cuenta, sin que ellos tengan la sensación de que están trabajando esas lagunas que tienen en su aprendizaje. Por eso suelo hacer mucho hincapié en que el principal objetivo NO es aprender a montar a caballo, sino desarrollar habilidades y estrategias que luego puedan aplicar en su día a día. Aprovechamos la oportunidad para hacerlo de una manera divertida y dinámica, al aire libre y haciendo un poco de ejercicio, rompiendo así con la rutina diaria.
Espero que os haya gustado.
¡Hasta el mes que viene!